CERO Rubias by Daniella Castillo

autor:Daniella Castillo
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788417142209
editor: Nova Casa Editorial
publicado: 2017-11-04T00:00:00+00:00

#LecciónDelDía:

Procura no dejar a un anciano en medio de una fiesta juvenil, a menos de que sea Marshall Crane.

A cargo de un ebrio

Capítulo 20

Jesse y yo nos colocamos de pie para darnos la vuelta y ver a un perturbador Carter Crane frente a nosotros. Lleva una playera blanca y los jeans que he visto anteriormente. En un pie llevaba una zapatilla y en el otro no. Su playera está mojada y al acercarme unos metros más puedo percibir cómo el olor a alcohol brota de él.

Su cabello está hecho un nido de aves y realmente se ve muy mal, ya que lleva los ojos y la nariz irritada como si hubiera llorado, por realmente es el simple hecho de que estaba más que ebrio. Carter se tambalea en ambas piernas mientras sostiene un vaso rojo, el cual puedo deducir su contenido.

—¿Ese es Carter? —me susurra Jesse al oído algo asombrado.

—¡Sí, soy yo! —ruge el chico, lo que causa que nos sobresaltemos. Luego se ríe y en aquel momento es cuando comienzo a tener algo de miedo. Mueve los brazos de manera rara, como si fueran de goma, y al moverlos se vean flácidos y sin vida derramando la cerveza del vaso. Me acerco a él algo preocupada. En serio, su estado me alarma mucho. Ni siquiera parpadea lo suficiente y, cuando lo hace, dura milenios.

—¿Carter? ¿Cuánto tomaste?

—Ehh... no lo sé —se encoge de hombros exageradamente— ¿Dos, tres, cuatro botellas? —trata de contar con los dedos inútilmente, ya que cuando dice cuatro levanta seis dedos en el aire. ¿Quién rayos le dio un diploma a este torpe retrasado?

Abro la palma de mi mano y me doy un golpe en la frente. Me giro para pedir ayuda de Jesse, pero cuando lo veo noto que está hablando por teléfono. Regreso la mirada a Carter, quien está sonriendo como el iluso más grande del Sistema Solar.

—¿Quieres? —me ofrece de su vaso. Yo lo tomo y miro su contenido, pero luego lo lanzo por el balcón hacia la multitud. Pobre al que le caiga— ¡Oye! —se apoya del barandal y mira hacia el vacío en busca de su vaso. Tengo que sostenerlo de la playera para que no pierda el equilibrio y se vaya contra el suelo. Aunque ahora que lo pienso... sería muy divertido dejarlo caer y ver cómo se rompe un par de dientes.

Carter deja de buscar y ahora comienza a tararear una canción mientras mira a la nada. Sacude su cabeza levemente mientras finge escuchar una música totalmente diferente a la que hay en el ambiente. Jesse me toma de un hombro y me da la vuelta para mirarme al rostro.

—Me tengo que ir. Sam tiene una urgencia —anuncia y yo asiento en compresión—¿Estarás bien? —vuelvo a asentir, mintiendo. No tengo idea de cómo sobreviviré a esto— Vale. Fue genial verte de nuevo, Meg. Me saludas a Wendy. ¿Te veo pronto, OK?

—Sí —digo desanimada. No quiero que se vaya.

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